miércoles, 16 de diciembre de 2009

Memoria del día 9 de diciembre de 2009

Nos reunimos el grupo de Isabel Segunda y comentamos las aportaciones al blog que han hecho algunos de los compañeros: el tema de la visita al Museo Romántico y la exposición en la Real Academia de la Historia.

Después pasamos a comentar los temas en los que hemos trabajado cada uno a lo largo de la última semana. Como no ha habido clase a causa del puente, no hay apuntes que transcribir, por lo que esta semana el observador (testigo), quién escribe, tendrá tiempo que podrá dedicar al desarrollo del trabajo.

Alba ya ha realizado una introducción al tema de las artes y le va a dedicar más tiempo al tema sociedad a partir de ahora. Sobre costumbres ha encontrado bibliografía de Mesonero Romanos. El tema principal que ha desarrollado durante la última ha sido el origen del movimiento obrero:

Según cifras oficiales, en el año 1860 había 150.000 obreros industriales divididos entre los sectores textil (concentrado en Cataluña) y el minero del hierro (concentrado en el País Vasco). 2.300.000 personas eran obreros agrícolas (campesinos), había unos 800.000 criados o sirvientes (empleados domésticos) y unos 660.000 artesanos. Estos datos corresponden a la Junta General de Estadística.

En el caso de los obreros industriales las condiciones eran pésimas, con jornadas de catorce a dieciséis horas, castigos, mala alimentación y un analfabetismo del 90% en las mujeres y del 60% en los hombres. Mujeres y niños componían el llamado “nuevo proletariado de fábrica”. También existían los obreros ocasionales sin ocupación fija (llamados “murris”), protagonistas de las principales revueltas entre 1835 y 1843.

En la década que va de 1830 hasta 1840 hay unas primeras movilizaciones motivadas por los intentos de mejora. Estas se concretan en el incendio de la fábrica “El vapor” y la destrucción de la casa y factoría de Muré, de quien se decía sólo daba trabajo a los trabajadores de ideología absolutista. Estas protestas se hicieron constantes en los años 1827, 1833 y 1835 y además se organizaron más huelgas. En el año 1840 se constituye el primer sindicato: “La sociedad de tejedores”, dirigida por Juan Muns, con unos 50.000 militantes.

Jose ha trabajado acerca de dos temas: el transporte y el sistema bancario. Lo ha hecho usando la bibliografía anteriormente citada: el libro de Tortella y el coordinado por Gonzalo Anés.

Transporte: las carreteras de la época eran de una baja calidad debido a las dificultades orográficas de España. A pesar de ello se hizo un esfuerzo por mejorarlas desde el año 1840. Por su parte, la navegación y las zonas portuarias fueron relevantes: se crearon o mejoraron seis puertos importantes, entre ellos los de Bilbao, Santander, Málaga, Valencia y Barcelona.

Sin duda alguna, el avance más importante fue el ferrocarril. Después de los intentos anteriores (líneas de Barcelona-Mataró y Madrid-Aranjuez) a partir de 1854 hubo un gran desarrollo. Destacan los errores que se cometieron a la hora de crear el sistema de ferrocarriles españoles: ancho de vía distinto al del resto de países europeos y mala calidad en la construcción. A pesar de ello tuvo un gran desarrollo debido al apoyo del estado y al del capital nacional e internacional. Otro problema vino años más tarde: la producción era menor de lo que se había estimado y la crisis de 1860 (derivada del cambio de precio del algodón propiciado por la guerra de secesión de EEUU) afectó profundamente a este medio de transporte.

El sistema bancario era necesario; el país demandaba capital y el estado se enfrentaba a una gran deuda. La demanda de créditos la realizaron el estado y algunos particulares para comprar los bienes que les habían sido desamortizados. El ferrocarril también era uno de los asuntos de estado que demandaba mucho capital. Por ello, el resto de sectores (agricultura e industria) se quedaron atrás.

Logros financieros de la época fueron la unificación del sistema monetario decimal con la implantación de la peseta (que en catalán significa “piececilla”) en el año 1868. Los bancos y acontecimientos a destacar fueron los siguientes:

- Hasta 1826 el Banco de San Carlos y el de San Fernando, conviviendo con prestamistas particulares al margen.

- Entre 1826 y 1856 el Banco de San Fernando (con privilegio de emisión en Madrid), el Banco de Isabel Segunda y el Banco de Barcelona (con privilegio de emisión en Cataluña)

- Entre 1856 y 1874. Ley de Bancos (1856) que provocó una proliferación de bancos de emisión y sociedades de crédito.

Juana fue la observadora la semana anterior y por ello esta semana no le ha dedicado mucho tiempo al tema de investigar acerca del trabajo. Aún así ha seguido con el libro de Jover Zamora (“La civilización española”)

En relación a mi parte (historiografía), durante la última semana he trabajado en lo que Álvarez Junco denomina en su libro “Mater Dolorosa” el “marco mítico del relato”. Este episodio se refiere a cómo los estudiosos de la historia que vivieron y trabajaron durante el periodo del reinado de Isabel Segunda contribuyeron a la creación de ideas relacionadas con el concepto de nación. En él se cuenta que los manuales de historia anteriores a los del historiador Modesto Lafuente mostraban una idea de España como país fértil de abundantes ríos, de clima suave y gran riqueza mineral. Esto era lo que se denominó “laudes hispaniae”. Se referían a España como el país en el que Dios había situado el Paraíso terrenal (esto se puede leer en autores como Patxot y Ferrer), e incluso en algunas de ellas se mencionaba que Adán había sido el primer español. Esta visión se encuentra incluso en los manuales de Lafuente. Anteriormente, Masdeu había señalado “características propias de los habitantes de España” como era el caso de su fuerte complexión.

Por otro lado, el padre Isla da una visión más religiosa de la tradición española: Túbal (nieto de Noé) había sido el fundador de España. Esta tesis fue revisada y cuestionada en la Ilustración, pero su vigencia seguía siendo una realidad en los manuales de historia de la época del reinado de Isabel II. Además es una de las “razones” que se dan para la creación de una glorificación de la nación española. Para esta glorificación no se podía dejar de lado el ensalzamiento de episodios heroicos que habían contribuido al forjamiento de la nación española; la belicosidad era esencial para este “ensalzamiento de las glorias nacionales”. Y con ella tomaban especial relevancia sucesos como los acontecidos incluso en la época romana: Sagunto y Numancia. La supuesta “rebelión” de los habitantes de Sagunto y la inmolación de los ciudadanos en Numancia (antes la muerte que rendirse al enemigo) fueron relatos elevados a la máxima categoría (lo que contribuía sin duda alguna a una glorificación de la nación española desde tiempos de los romanos, con una gran perspectiva histórica). El principal problema de estas tesis fue que dejaban de lado varias características que influyeron (en su día) en el desarrollo de los sucesos: por ejemplo, se pasó por alto el origen griego de Sagunto.

Estos dos acontecimientos (Sagunto y Numancia) son considerados a modo de paralelismo en relación a lo sucedido con el pueblo español ante la invasión napoleónica. Estos y otros episodios heroicos son sacados a colación a la hora de presentar un modelo de estudio de la historia que será la base de la creación de una asignatura escolar en la que se hará hincapié en la constitución de España como nación.

Javier Muñoz Ortega

1 comentario:

  1. Muy buena memoria. Este material será de gran utilidad para la elaboración del trabajo.

    Atentamente,

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